19 de Diciembre de 2010

Las palabras no son extensiones deformadas de la imaginación, sino que son la realidad misma, la realidad subyace en las palabras porque en ellas está el motor del todo el pensamiento y detrás yo misma.

Hoy ha sido todo extraño e incluso las emociones punzaban en el estómago, con ganas de salir con virulencia.

Me he vuelto a enfrentar a ese falso reconocimiento, el que viene de los demás. El problema llega cuando los demás no se reconocen a sí mismos, porque ¿Qué pueden ver en mí? Sencillamente tras ese falso cristal, deformado por los condicionamientos personales de cada uno, es difícil reconocer nada, pero igualmente he caído en la trampa de buscar en los demás lo que debo darme a mí misma, reconocimiento.

Es fácil en un día como hoy, que mis emociones hayan decidido mostrarse como si yo misma fuera un escaparate de una carnicería y ellas, una carne cruda compacta dispuesta a revolverme el estómago, como si no tuviera suficiente mi pobre estómago.

Ha sido duro, pero a esta horas sólo puedo reírme de mí misma, cuando entro en terrenos que hacia yo muy trillados, pero siempre regreso a esa vieja costumbre tan tóxica, buscar el reconocimiento, quizás por ello me he sentido como un trozo de carne cruda en el escaparate de una carnicería.

Allí uno puede encontrar todo tipo de cuchillos que sirven para esculpir esos mundos tan humanos y tan extraños, yo soy uno de ellos.

Soy una mujer insolente que mira fijamente a los ojos, por muy colorada que me ponga, y sé que en las pupilas de cada uno palpita la verdad dormida de cada uno, otro mostrador en dónde uno expone su alma a las miradas.

El Universo me ha propuesto un enigma que poco a poco voy desgranando, hay momentos que miro hacia arriba y le digo –Universo me estás puteando- para luego con resignación seguir con lo que estoy haciendo.

Aprender a vivir es amar la vida, aprender a nadar es amar el agua, aprender a andar es amar la tierra, aprender a volar es amar el aire, aprender a amar es amar el fuego.

Mañana toca hospital. Prefiero no pensar sólo quiero respirar fundiéndome con la música de Trobar de Morte.

Huele a infusión y la gata ha decidido ir a dormir con mi hermana.

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