21 de diciembre de 2010

Despierto cansada. Llovía suavemente y la claraboya iba susurrando la melodía. Así estoy, tratando de entrar en el significado del lenguaje de la vida.

Aunque cansada, el día gris invitaba a sentir, a dejar que los pensamientos brotaran. Ciertos acontecimientos han revelado lo poco que me posiciono ante la vida, tal como yo la vivo y la entiendo.

La meditación está funcionando, me ayuda a mantener el centro, ese punto de observación tan necesario. Durante todo el día estoy participativa, pero entrar en ese estado de quietud resuelve muchos conflictos internos, que por arte de la respiración y consciencia se transforman en deliciosas lecciones, puntos de referencia de lo que soy o no soy.

Amar es sencillo, cuando uno se entrega totalmente a vivir desde la intensidad del corazón, las emociones pueden desenfocar y hacer de un acto sencillo como amar una verdadera complicación.

Estoy diseñando mi propio Universo, creamos realidades por mucho que les pese a muchos, creamos realidades aunque nos jodan. Las realidades jodidas son consecuencia de pensamientos jodidos, hay que tenerlo en cuenta.

He firmado los documentos que me ataban a mi vieja vida, hoy soy libre a todos los efectos, libre ya de unos condicionamientos con los que he vivido voluntariamente, pero con los que he renunciado a ser.

He vivido mucho más y feliz ahora, que hace un año, en donde la tristeza devoró mis entrañas. En realidad la decisión fue sencilla, cuando ya no eres nada, sencillamente vives sin traspasar la esencia. Viví muerta. Ahora, a pesar de lo que llevo a cuestas, vivo libremente todo aquello que se me antoja vivir.

Cada uno adapta la realidad a sí mismo según los condicionamientos y miedos, pero la realidad es una verdad que late por expresarse, la verdad de cada uno de nosotros despojada de todo condicionamiento y miedo, es la verdad que nos hace libres, en esa verdad está la sabiduría.

Sólo es posible la sabiduría del que sabe y se funde con el lenguaje de la vida, un lenguaje vasto, de tal enormidad que nos empequeñece y a la vez nos hace grandes.

Me gustará que al menos estos momentos me ayuden a desgranar parte de ese lenguaje y despertar mi propia sabiduría. Todavía me queda mucho por hacer. Paso a paso.

Seguiré confiando y seguiré pecando de inocente. La desconfianza es la mejor carnaza del miedo y la magnífica excusa para no hacerse uno responsable de sus actos.

Un hombre puede transformar el mundo, transformándose a sí mismo, ese es mi camino, puedo cambiar mi mundo si soy capaz de cambiar, todo se transforma y resistirse es una verdadera temeridad, las resistencias nos conducen a la enfermedad.

Todas estas situaciones me permiten saber hasta qué punto vivo hacia fuera, debo vivir interiorizando mucho más.

Este mundo está diseñado por uno pocos benefactores capitalistas, burócratas e intelectuales, que hábilmente han llenado de condicionamientos y diferencias sociales, económicas e intelectuales, un mundo basado en la diferencia y apariencia causando la enfermedad de masas, una humanidad deshumanizada. Despertar y cambiar es despertar y cambiar la humanidad.

Todos llevamos tesoros listos para salir a la luz. No son tesoros escondidos ni su hallazgo es penitente.

Hoy casi se escapa la gata, le tenía muchas ganas a la puerta. Cada día se sentaba enfrente de ella, midiendo las distancias y los tiempos de abrir y cerrarse. Nuestra vecina la ha podido coger, es una gata muy gata, su inteligencia es muy gatuna.

La pasión se había perdido en los abismos de mi tristeza, ha sido un precio muy alto, pero bienvenidas nuevamente pasión e intensidad con las que conecto con la vida y cómo conecta conmigo con la misma pasión e intensidad.

¿Cómo puede uno permitir desperdiciar los días y las noches?

El sol y la luna siempre laten avivando lo que somos en esencia, son absurdos los condicionamientos que terminan por amputar lo que somos en realidad, así nuestra capacidad de luchar queda reducida a la queja, tristeza, victimismo, cuando en realidad cada día el sol brilla para acariciarnos dulcemente y sentirnos más vivos que nunca. La enfermedad transforma mi alma.

El fuego agita la magia de los corazones dormidos.

Huele a mirra y espero que la gata visite mis sueños.

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