16 de Enero de 2011

El calor de la luz me ha despertado. Hoy día tranquilo.

El dolor de cabeza que persistía, había desaparecido.

Reconocimientos que hacen temblar mi corazón, reconocimientos que agradezco y devuelvo con profundo amor, pues yo no soy más que un reflejo de los ojos ajenos.

Los afectos se han convertido en pura poesía, impulsándome, recolocando mi alma.

Cada vez puedo comer con mayor normalidad.

Al mediodía hemos comido un suculento arroz preparado por mi hermana.

La tarde ha transcurrido en compañía de amigos, llenos de ganas de compartir, de dar, todo aquello que son, que es mucho. Alimentando nuestro espíritu y estómago.

El encuentro de esta tarde ha sido caldo de cultivo para nuevas ideas, nuevos proyectos, ayudarnos y entregarnos al flujo de la vida.

Las emociones nos traicionan porque nos alejan de los sentimientos.

Emoción y sentir.

Sentir sólo es posible desde el alma, es profundo y no conlleva juicios. Emocionar sólo es posible desde la mente, es condicionante y conlleva juicios.

Las emociones condicionan el comportamiento humano, lo hacen dependiente, mientras que los sentimientos liberan al ser humano, la emoción es personal y el sentir es universal. Es una cuestión de conciencia de uno mismo, si siento, soy consciente de mi yo más profundo. Sólo así puedo sentir y ser consciente de los demás.

La individualidad conduce a la colectividad, porque al fin y al cabo la materia prima es la misma.

La cena que nos ha preparado N. estaba deliciosa.

He llegado tarde, la gata estaba durmiendo en la cama de mi hijo.

Huele a té verde.

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