1 de abril de 2011

Luna y sol en sincronía tapizan su luz en la claraboya.

Estos días han sido especialmente intensos. Por el momento se ha pospuesto la operación, se ha programado nuevamente para el 8 de abril.

Feliz de que ya no se sienta el tumor al tacto, habré de esperar una prueba para marcar la zona. Para mi ha dejado de existir la enfermedad, me siento sana. Mi alma ha sanado una parte importante.

Los afectos siguen construyendo este camino, paso a paso, dejando en mi corazón una huella asombrosamente bella. Momentos irrepetibles.

Aceptar todo lo que sucede es un reto.

S. Ha estado en casa llenándola de armonía y amor, momentos de belleza. Cuando una hermosa mujer te muestra en sus ojos la poesía de la vida, lo único que puedo hacer es estremecerme y sentir que nuevamente la vida trae milagros en forma humana, con nombres y apellidos. Lealtades asombrosas, intensas que hacen del alma pájaro que vuela allí donde el corazón dirige.

Me siento con gran dosis de energía, noto que la quimio ya está eliminándose de mi cuerpo. Casi estoy a pleno gas, he cambiado. La transformación ha sido y está siendo total.

La conciencia del ahora, del instante de conciencia palpitando en el tiempo que me está tocando vivir sigue dándome fuerza.

S., N., E., S., han estado viniendo a casa dejando su impronta. Mujeres que aman y saben amar que sólo anhelan dar su amor, inmenso y profundo océano azul, mujeres que danzan con el alma desnuda, ahí es nada. Tal cual nos aceptamos y eso nos sigue enriqueciendo y ennobleciendo los momentos vividos como auténticos milagros.

A veces las palabras pesan y dejan sin sentido lo que sólo puede experimentarse.

Estoy reconciliándome con la comida.

Este fin de semana viaje relámpago a Málaga, su gente es hermosa, alegre y sincera. Ha sido una experiencia transformadora.

Se rompieron mis estructuras mentales y mis límites. El regreso me ha desorientado, ciertos miedos se han esfumado dejando un hueco profundo. Me he llenado de reconciliación con una nueva parte de mi misma conocida pero que no tenía su espacio en donde manifestarse. La meditación está ayudándome a recolocar estas sensaciones que con la distancia adquieren su sentido.

Soy lo que contengo y no lo que tengo.

Esto lo aplico también a los demás, somos lo que contenemos y no lo que tenemos, es por ello que yo sigo en mis pasos, transformando lo que contengo en la esencia que quiere cabalgar libre y sin condicionamientos.

Los condicionamientos de nadie ni los propios pueden determinar mi camino, sólo el sentir la vida palpitando. El polvo sigue escanciándose en mis pies. Quien quiera sentir y mirar que lo haga con el espejo del alma y no con el espejismo de la mente.

Hablé con E. me llena con su alegría, trayéndome la magia de Asturias, patria querida de mi corazón y llaga de mis ausencias.

Málaga y E. han resucitado de mi alma un momento que sigue palpitando, el gesto es sencillo, me asusta y me enfrenta a un nuevo precipicio de mi alma.

La vida sigue con sus propios desafíos, el más importante, la conciencia de mi desmembramiento. Ahora es tiempo de membrarme en esencia pura, lo que Isis hizo por Osiris. Uno mismo es la unión de Osiris e Isis. Sólo yo puedo remembrar y realmar lo que realmente soy y he perdido en mi caminar ausente.

Estoy disfrutando como una loca con los afectos, vuelvo a jugar con los peques de casa, día a día mi energía destila alegría y ganas de andar con aires nuevos.

Los olores siguen siendo fuertes y contundentes. El pelo crece fuerte y mi corazón es el jinete de mi alma.

El sol se posa a los pies de mi cama. Huelo a mirra y la gata muy gata siente calor. Son los nuevos tiempos.

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