29 de agosto de 2012


La ventana juega con la magia del Montseny, un trozo de la montaña permanece es su llamada, la invisibilidad no va con ellas.

Desde que me he despertado en mi mente danza una canción, Mayonaise de Smashing Pumpkins, quizás son las ganas de ser yo misma con la contundencia que permite tener un alma libre.

Conocí a A. Fuimos a verla J y yo, una tarde llena de corazón y calor humano, ella está en pleno proceso de quimioterapia. Es bueno poder hablar, compartir sensaciones. Reí mucho cuando A. me explicaba las sensaciones con la comida y los olores. Dejamos de ser bichos raros, para sentirnos unidas desde algo profundo y sincero. El miedo no va con nosotras.

El cambio mayor es el olfato,  el tacto se anestesia y de golpe, alguien abre una botella de lejía, pides pegando alaridos que cierren la botella, es extraño, porque tu estas en el otro extremo de la casa, cosas que pasan. La ironía es que por un tiempo sientes que el mundo son olores. La visión se distorsiona porque hay rigidez en la córnea, el iris regula mal la luz, así que no es tan fácil pasar de la luz a la oscuridad, tacto anestesiado y con el gusto totalmente distorsionado, te sabe todo a sal, el olfato pasa a ser el informador de la realidad que te rodea.

Volvieron a mí sensaciones y  me cabreó lo mismo de siempre. ¿Por qué los médicos no dan la información de forma rigurosa?

Es difícil decidir en estas condiciones, es difícil decidir cuando el miedo lo llevas pegado al cuerpo y los médicos lejos de ayudarte, meten el dedo en la llaga, contra más miedo mejor, no quieren ser cuestionados, pero se olvidan que el cuerpo del paciente no es un saco de huesos, músculos y demás elementos anatómicos sin alma, sin emociones, sin conciencia, el cuerpo de un enfermo de cáncer lleva alma, y el alma es libre de decidir sobre el cuerpo. Mi alma decide.

Estos días sentí que el miedo y los apegos me cortejaban, no eran fantasmas, eran realidades demasiado cercanas. Sólo quiero ser, con tristezas en los bolsillos, con alegrías colgadas del cuello, ser y sólo ser. Por unos instantes sentí que mi vida se paraba, yo daba vueltas sin saber qué dirección tomar.

Realmente no existe ninguna dirección que no sea uno mismo.

A. y yo hablamos del viaje emocional, sé que es duro pero el cáncer en cierta manera nos mete de lleno en nuestro abismo personal y no hay otra que cruzar la puerta, una vez se cruza no hay vuelta a atrás. Dejas lo que eras para ser en esencia.

Es un viaje con un mismo origen y destino, el alma. El alma duerme y cuando despierta vocifera, el alma quiere expresarse en su totalidad.

No es fácil andar, cuando uno traiciona sus palabras, porque las palabras viven, están hechas del fuego mismo de la creación, las palabras nos construyen y destruyen al mismo tiempo. Es fácil violar nuestra esencia cuando las palabras, se vacían, se escancian en una alcantarilla de escombros radioactivos,  en donde sólo cabe la destrucción. 

Esta noche me ha picado un mosquito tigre, dos  veces, estaba al lado de la puerta, tal ha sido mi cabreo que se ha llevado un zapatillazo. Ahora tengo la mano y la frente hinchada como una bola de billar.

Mi oncóloga ha desvinculado el engrosamiento de la matriz del cáncer, sí estoy limpia, curada, pero ahora soy consciente del estigma. Todo parece girar alrededor del cáncer. ¡A la mierda el cáncer! Todo gira y es desde mi yo más esencial. Ser camino y andar hacia mi misma, es un proceso  lleno de soledades vitales y  necesarias en donde sólo es posible crecer en esencia.

Por delante tres meses de tratamiento hormonal y nuevamente ¿quién lo sabe? Ya no importa, todo son experiencias que vivir, todas ellas me llevan a mi destino.

Ser camino abre los sentidos al lenguaje de la vida, a expresar y sentir que todo funciona de forma diferente, que todo tiene un lenguaje sutil que me permito sentir, aprender y expresar. Escanciarme en la vida misma.

Estoy sentada  delante de  mi escritorio inglés, era de P., murió de cáncer de hígado, antes de morir hablamos de sentir y expresar, de ser. La magia de la vida, nos da la oportunidad hasta el último momento para expresar lo que sentimos, porque expresar nuestra alma, es el legado, la herencia que fertiliza nueva vida. Escribo palabras hechas y dotadas de alma propias. Am. Su hija quiso que tuviera el escritorio y yo sé que P. está contento y ríe porque las palabras viven, son alma, son el fuego vital y de fuego vital están hechos mis zapatos.

Mi gato, más negro y más blanco que nunca me mira con resignación. La mirada de lo nuevo.

Huele a ruda.

10 de Agosto de 2012


Entra fuego por la ventana y el Montseny, cansado de tanto calor, parece resignarse.

Quiero estar en silencio y dejar hueca la mente. Es el silencio lo que me nutre.

Las células anormales hicieron que el mismo ginecólogo me pidiera una visita extra a mi oncóloga.

Bebo  agua con hielo, necesito aliviar el fuego que entra a través de las ventanas.

Sigo preguntándome hacia dónde me dirijo. No es cuestión de “tener”, no es cuestión de querer, la cuestión es ser y sentir.

Dudas e  incertidumbre  han reinado en estos días, todo se ha disipado hablando con mi doctora oncóloga,  más sorprendida que yo de ver mi nombre en la lista. Finalmente los resultados no tienen nada que ver con el proceso del cáncer,  me explicó que en un engrosamiento de matriz lo normal es encontrar células anormales. Vio tan desencajada mi cara que me dio una copia impresa de los resultados.

Es acertada mi decisión de no tomar el tratamiento hormonal durante 5 años, ahora bien sigo poniendo orden a mis hábitos alimentarios. Esa promesa me la recuerda con cariño mi doctora. Mi compromiso sabe que es firme, porque me he comprometido conmigo misma.

Me pregunto si lo que siento y cada paso que doy lo hago con la pasión de cada momento, porque cada momento es único, todo sucede en un aquí y ahora, sin más. Me pregunto si realmente estoy imbuida de la esencia que rezuma cada instante.

Estos días planeaban los condicionamientos ¿a qué tengo miedo? Sé que no puedo anclarme en nada, porque todo es cambio, por más que quiera permanecer, permanecer es morir ante la vida. El cambio, soltar el ancla de nuestros condicionamientos es levantar velas y navegar, es desplegar las alas y volar.

Siento que estos últimos días se han llenado de dudas, pero hay algo en mí, profundo y sincero que no me engaña, mi camino es lo que es. Mirar afuera  es  un callejón sin salida.

Ahora sólo hay un sentido y es vaciarme de todo para escanciarme esta nueva vida, aireándola, dejando que el poso fondee, oliendo su perfume. Los pensamientos se desvanecen y se establece nuevamente el silencio. El silencio, una nueva percepción.

Pensar ser ¡qué ironía!  pensar lo que se “es” es un suicidio. La libertad desnuda de condicionamientos nos confina a reconciliarnos con la soledad, esa soledad que camina con nosotros. Soledad hecha de tierra, aire, agua, fuego.

Cuando ya no existe nada da comienzo la verdadera vida. En la nada sólo la identidad de uno mismo permanece en esencia.

Ahora ya con más claridad, me esperan dos meses de tratamiento y nueva biopsia, lo importante es confiar en lo que siento, ser certeza.

El gato muy gato es travieso y juega con los cordones de mis sandalias. Huele a silencio y a mirra.

1 de Agosto de 2012


Ya no hay claraboya, ahora la luz de la luna se filtra por mi ventana. El horizonte lo corta el Montseny, todo púrpura a estas horas de la noche, yo lo contemplo estupefacta, esperando sin que suceda nada y sucediéndose todo.

El 28 de junio me operaron de un engrosamiento de la matriz. La biopsia fue tajante, dentro del tejido extraído un puñado de células anormales.

Mi gato muy gato se pasea plácidamente por la mesa, oliendo. Creo que huele a la montaña o ¿es la montaña que lo huele a él?

Ahora dos meses de tratamiento con progesterona, más pruebas, operación y a esperar una biopsia nueva.

El camino termina y empieza por uno mismo. En las sombras hay luz y en la luz hay sombras. Luz y sombra me pertenecen.

Sigue latiendo la vida salvajemente por mis venas. Este es un viaje hacia mis abismos. La incertidumbre se vuelve costumbre y con ella mueren todos los condicionamientos. A cada paso el ahora es más intenso y profundo.

Insisten en matar moscas a cañonazos, así que a estas alturas de mi periplo personal he optado por dar paso a mi médico homeopático, no tenemos problemas en trabajar tanto con medicina homeopática y alopática a la vez.

Mi cuerpo quiere darse un respiro, pero la vida sigue  su ritmo.

Con cada operación me recupero más lentamente.

Es momento de agitar las alas y volar, sin más objetivo que yo misma. Sentir al viento enamorado de mi cuerpo, sentir a la tierra enamorada de mis pasos, sentir al mar besando mi alma y sentir el fuego abrazado a mis venas.

En el todo no hay nada y en la nada está todo.

Me estremece la idea de vivir en un ahora falso, un ahora plagado de pasado, un ahora espejismo de lo vivido o un ahora expectante, esperando a un futuro, una eterna página en blanco esperando a ser tatuada.

El presente no nos compadece, nos debe estremecer y mostrar que la vida sólo puede tatuarse en el alma con el fuego de la intensidad. La vida no entiende de distancias emocionales,  elimina las fronteras y nos enfrenta a lo que somos.

Lo cierto que para vivir uno no necesita de certificados médicos, la enfermedad es un diagnóstico vida, nos mide en qué grado estamos involucrados, la salud significa a veces vivir con los sentidos moribundos, con los sentidos anestesiados. La enfermedad es un golpe que nos despierta a una vida consciente de la distancia.

La vida es anormalidad, peculiaridad e intensidad.

Sigo escanciando mis emociones entre llantos y risas, entre dudas y certezas, pero sé que a cada paso soy. Recupero mi identidad.

Mi gato muy gato sólo tiene ganas de jugar, dentro de poco tendrá cinco meses. Le gusta dormirse en mi barriga.

Huele a incienso de ruda.