15 de Enero de 2011

El sueño ha estado tranquilo, he dormido toda la noche del tirón. He despertado descansada, liberada y abrigada por un manto de luz.

Como dice una amiga mía “la vida es el arte del encuentro” y es del todo cierto, hoy he tenido un reencuentro magnífico con mi perra Estrella, vivía con C. y ahora va a estar cerca, en casa de mis padres.

Ha sido un encuentro anhelado ambas hemos llorado. Los animales son mágicos, dan mucho más de lo que reciben. Su llegada lo ha iluminado todo.

Cuando un hombre miente, se ignora a sí mismo y cuando un hombre se ignora así mismo una parte de la humanidad muere, así el tiempo contiene historia pero no tiene memoria.

Los pasos hacia el alma no son fáciles porque muestran la verdad, la materia prima de nosotros mismos y eso nos hace libres, sin espacio, sin tiempo, viajeros del todo. La realidad es un vestido que pretendemos coser a medida para seguir ignorando el alma.

Es curioso cómo necesitamos normas para todo, el tiempo nos está haciendo "de-evolucionar", porque no sabemos gestionar la libertad de elegir. No podremos elegir sino viajamos a nuestra esencia más profunda.

Los ojos palpitan al son de la verdad que yace dormida en nuestra alma, son las palabras equivocadas las que entristecen la mirada. Los ojos respiran, rezuman y reflejan lo más profundo de nosotros mismos. Los ojos son la memoria del alma.

La memoria es la verdad de lo vivido, con ella aprendemos, pero negarla es negarnos a nosotros mismos y nuestra verdad esencial.

Caminar sin memoria es caminar por una historia perdida, sin piezas, caminar desmembrado, siendo paria de uno mismo.

Ha sido un día agotador, pero reconfortante, he paseado a Estrella con mi padre, tantos días de cama han pasado factura, me he cansado cosa bárbara, pero me sentía feliz, otra vez juntas, el destino ha querido que compartamos memorias.

Andar por la senda del alma, es tan sencillo, y como dice Jung “es tan difícil ser sencillo”.

Vivo en un mundo lleno de dependencias, a la electricidad, al agua corriente, la lista es larga y te das cuenta que nosotros tan civilizados, vivimos siempre dependiendo, lo peor es la dependencia emocional ¿cómo puede ser este mundo verdaderamente libre?

La comida me ha sentado bien.

La tarde ha transcurrido tranquila y con nuevas noticias, llenas de afectos que siguen impulsándome, lanzándome a la vida con ganas renovadas.

La gata duerme tranquila en mis pies.

Mi taza humea y el olor de té verde se dibuja en la claraboya.

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